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La forma en que se encaja la pérdida de empleo varía en función del perfil. Quienes poseen escasa formación o han sido despedidos después de muchos años de trabajo en una misma empresa están desorientados y eso los paraliza.
Los parados mayores de 40 años con un cierto nivel de estudios tienen más posibilidades de encontrar empleo, ya que son más activos en la búsqueda de trabajo y pueden acreditar una preparación adecuada.
Para evitar en lo posible situaciones de paro de larga duración, los expertos recomiendan:
Uno de los más destacados es el programa de talleres de empleo. Se creó a partir de la experiencia positiva de las escuelas taller y casas de oficios, dirigidas a jóvenes parados menores de 25 años con especiales dificultades de inserción laboral e integración social.
Los talleres de empleo utilizan una metodología similar a la de las escuelas taller y casas de oficios, aunque adaptada al colectivo a que se dirigen, formado por personas de a partir de 25 años, de las que muchas superan los 40.
Este programa permite a los participantes aprender un oficio y ponerlo en práctica, ya que combina la formación con el trabajo. Se les contrata desde el primer día y cobran un sueldo mensual.
Los participantes aprenden oficios de contenido social: auxiliar de geriatría, atención domiciliaria, atención telefónica a través de teletrabajo, microinformática, etc., que desarrollan en beneficio de la comunidad, trabajando en un municipio o en entidades sin ánimo de lucro. El programa tiene una duración mínima de seis meses y máxima de un año.