El reto de buscar trabajo después de los 40




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Quedarse sin trabajo es traumático para cualquiera, pero si además se tienen más de 40 años y cargas familiares la situación se complica y cuando se alarga en el tiempo puede ocasionar trastornos como la pérdida de autoestima y la depresión crónica.

La forma en que se encaja la pérdida de empleo varía en función del perfil. Quienes poseen escasa formación o han sido despedidos después de muchos años de trabajo en una misma empresa están desorientados y eso los paraliza.

Los parados mayores de 40 años con un cierto nivel de estudios tienen más posibilidades de encontrar empleo, ya que son más activos en la búsqueda de trabajo y pueden acreditar una preparación adecuada.

Para evitar en lo posible situaciones de paro de larga duración, los expertos recomiendan:
· Iniciar la búsqueda lo antes posible.
· Estar abiertos a adaptarse a las nuevas circunstancias del mercado laboral, que exige flexibilidad, polivalencia, movilidad geográfica y adaptación a los cambios.
· Ser conscientes de que es muy difícil encontrar un trabajo con un salario que iguale al del último empleo.
· Mantener una actitud de ocupación, es decir, trabajar activamente en la búsqueda de empleo.
· Explotar al máximo la red de contactos personales, ya que son la vía más eficaz para encontrar trabajo.
· Estar dispuestos a realizar cursos de reciclaje, sobre todo de nuevas tecnologías.
· Llegado el caso, aceptar un trabajo que no coincida exactamente con lo que se esperaba y seguir buscando, ya que es mucho más fácil encontrar un buen empleo desde la actividad que desde el paro.
Talleres de empleo
Otros países están dando preferencia en sus programas de ocupación a los mayores de cuarenta años, ya que la dificultad de estas personas para volver al mercado laboral persiste. Sin embargo, la mayoría de programas no se dirige únicamente a este colectivo, aunque se da prioridad a los mayores de 40.

Uno de los más destacados es el programa de talleres de empleo. Se creó a partir de la experiencia positiva de las escuelas taller y casas de oficios, dirigidas a jóvenes parados menores de 25 años con especiales dificultades de inserción laboral e integración social.


Los talleres de empleo utilizan una metodología similar a la de las escuelas taller y casas de oficios, aunque adaptada al colectivo a que se dirigen, formado por personas de a partir de 25 años, de las que muchas superan los 40.

Este programa permite a los participantes aprender un oficio y ponerlo en práctica, ya que combina la formación con el trabajo. Se les contrata desde el primer día y cobran un sueldo mensual.

Los participantes aprenden oficios de contenido social: auxiliar de geriatría, atención domiciliaria, atención telefónica a través de teletrabajo, microinformática, etc., que desarrollan en beneficio de la comunidad, trabajando en un municipio o en entidades sin ánimo de lucro. El programa tiene una duración mínima de seis meses y máxima de un año.
También existen las asociaciones de parados mayores de 40 años que ofrecen asesoramiento sobre la búsqueda de empleo y la creación de microempresas, cursos, bolsa de trabajo y en algunos casos apoyo psicológico a través de personal especializado.

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