Los contactos y la búsqueda de empleo



Si estás cansado de seguir los circuitos habituales para buscar trabajo y prefieres abordar la búsqueda de empleo con nuevas estrategias, lo mejor es que crees tu propia red de contactos. Esta vía recibe el nombre de networking y quienes buscan trabajo no suelen utilizarla habitualmente, aunque es uno de los medios más efectivos. El networking puede proporcionar grandes oportunidades de empleo porque, según la mayoría de expertos, los contactos son uno de los mejores caminos para encontrar trabajo.
En realidad, sólo se ofertan en los anuncios de empleo un número limitado de los puestos que están vacantes. Naturalmente, el número de contactos va aumentando con el tiempo, cuanta más gente conozcamos, más entradas tendremos en nuestra agenda. El empleo de este sistema nos permitirá entrar en contacto con algunas personas que habrán pasado por una situación similar a la nuestra, ellas nos darán consejos útiles sobre la mejor forma de proceder. Es decir, si hablas con personas que no se han olvidado de cuando buscaban trabajo, sin duda te podrán proporcionar buenas ideas que casi con toda seguridad te serán de gran ayuda. A tener en cuenta En primer lugar, si estás creando tu red de contactos, debes aprender a ser humilde. Si reconoces tus limitaciones podrás valorar más la ayuda que puedan ofrecerte los demás. De hecho, el principal objetivo a la hora de construir y activar una red de contactos es aprovechar las oportunidades que te ofrecen los conocidos y saber que en un futuro nosotros también podremos ayudar a otras personas. Por otro lado, cuando empecemos a realizar nuestra agenda, deberemos tener en cuenta quién puede entrar en ella y quién no, en función de la ayuda que nos puedan aportar. Los contactos más útiles son aquéllos que nos permitan conocer a otras personas o aquéllos que nos pueden dar más información. En el proceso de búsqueda de empleo, la información más importante que te pueden dar es la relativa a la situación y a los cambios del mercado laboral y a su oferta.
Una vez establecidos los contactos tenemos que acercarnos a ellos. Para esto, el modo más fácil y rápido es el teléfono. Aunque a menudo nos salga un contestador, no debemos desanimarnos y es aconsejable prepararnos previamente el mensaje que vamos a decir para no quedarnos en blanco. Otro consejo fundamental es que este mensaje sea corto. También puede ocurrir que la persona no conteste la llamada. En ese caso, también hay que estar preparado para plantear nuestra petición y evitar, de este modo, olvidarnos de aspectos relevantes. Podemos responder con una frase del tipo: «Buenos días, soy fulanito de tal y nos conocimos en tales circunstancias o a través de tal persona».
Una de las principales premisas que hay que tener en consideración es que si estamos elaborando una red de contactos, cada persona que conocemos nos puede servir para conocer a más individuos. Durante nuestra carrera profesional, unos contactos llegan a ser muy útiles y otros, en cambio, acaban desapareciendo por la falta de uso. Hay que considerar la agenda como un elemento vivo que se va modificando a medida que pasa el tiempo. Buscar referentesOtra de las ventajas del networking es que podemos convertir nuestra cadena de contactos en personas que den referencias de nosotros, especialmente aquéllas con las cuales tengamos una relación de confianza y conocimiento mutuo. Son muchas las empresas que solicitan referencias sobre los candidatos y a menudo no sabemos a quién acudir. Puedes pedir a tu contacto que escriba una carta para adjuntar con tu currículum; si la persona tiene buenas relaciones con la empresa que tiene el puesto de empleo vacante, seguramente la carta añadirá valor a tu candidatura.
También suele ocurrir con frecuencia que la persona que puede dar referencias tuyas es aquélla que te ha recomendado a la empresa. Si dispones de una red de contactos pero no efectúas ningún control de las acciones que realices, el networking deja de ser efectivo. Por esta razón, es conveniente llevar a cabo un registro muy detallado de todo lo que hagamos en este sentido: las llamadas telefónicas, los correos electrónicos enviados, los encuentros mantenidos y toda la información que consideremos relevante. Además, puede ser que tu contacto te facilite a su vez nuevos contactos, en ese caso se debe anotar quién lo ha hecho y los datos que te ha proporcionado, por si en algún momento te preguntan y no recuerdas cómo conseguiste ese nombre.
Puede formar parte de tu red de contactos toda aquella persona que consideres que pueda facilitarte información útil en el proceso de búsqueda de empleo. En la agenda puedes incluir a compañeros de trabajo, de clase, antiguos jefes y colegas de empleos anteriores, familiares, vecinos, profesores... todos pueden sernos útiles en algún momento y no conviene descartarlos en seguida aunque en un primer momento lo pensemos.
Finalmente, no hay que olvidar que cuando alguien te dé algún buen consejo para conseguir un trabajo, te aporte una información de gran importancia o recibas unas palabras de recomendación, debes mostrar siempre tu agradecimiento.

Un modelo de currículum para cada perfil profesional



El currículum es una de las herramientas más importantes para acceder a un empleo, es nuestra tarjeta de visita, la primera información que recibe la empresa acerca de nosotros, así que debemos cuidarlo al máximo para que cumpla su objetivo: captar la atención de quien lo lea para que nos convoque a una entrevista personal.
Todo currículum debe incluir tres datos que nunca se deben obviar. Son los correspondientes a la manera de contacto, la formación cursada y la experiencia profesional, pero la información que incluyamos en cada uno de ellos puede presentarse de forma diferente en función de nuestro perfil y de lo que deseemos destacar.
No es lo mismo un currículum de un recién licenciado sin experiencia que el de un profesional joven, pero con experiencia o el de una persona mayor de 40 años. Si tu perfil coincide con alguno de ellos los consejos que te proponemos pueden ayudarte a preparar tu currículum.


TITULADO SIN EXPERIENCIA

Tu formación es sólida y actual, pero apenas has tenido oportunidad de ponerla en práctica. Es una carencia que no tiene porqué convertirse en un problema. Tu currículum debería empezar con los datos personales y la formación, que ha de ser breve: basta con indicar la carrera o ciclo de facultad cursados, la universidad o escuela donde se estudiaron y la especialidad elegida.
Si has tardado más de lo previsto en acabar los estudios, el año de inicio se puede obviar para que el entrevistador no crea erróneamente que eres un mal estudiante. Muchas veces el motivo está en haber compaginado las clases con un trabajo o cursos complementarios, algo que ya explicarás en la entrevista.
El apartado de experiencia ha de ser el más extenso aunque tengas poca. Debes incluir las prácticas de trabajo, pero sin la coletilla de prácticante o colaborador. Lo importante es detallar el período, nombre de la compañía y sector o actividad a la que se dedica y sobre todo las funciones desarrolladas.
Si durante los estudios has formado parte de una júnior empresa debes indicarlo y también mencionar el proyecto de fin de carrera o algún trabajo de investigación y análisis de cierta envergadura realizado en los últimos cursos.
Tampoco está de más hacer referencia a empleos remunerados o voluntarios que no estén relacionados con la carrera cursada: desde dar clases hasta hacer de camarero. Pero no hay que incluirlos en el apartado de experiencia sino en el de otros datos de interés.
Formar parte de asociaciones culturales y deportivas también es información que interesa a las empresas. Dice de ti que has empezado a desarrollar habilidades como el trabajo en equipo, la capacidad de comunicación o la toma de decisiones.
En caso de haber participado en premios o concursos para universitarios o tener hobbies que vayan más allá de leer, ir al cine y escuchar música, vale la pena que los menciones en el apartado de otros datos de interés. Para terminar, indica si tienes auto o brevete y tu disponibilidad horaria.


JOVEN, CON EXPERIENCIA

No deberías tener problemas a la hora de preparar el currículum ya que, en principio, ninguno de los apartados de tu candidatura está desequilibrado. Pero quizá tenga lagunas. Por ejemplo, llevar más de cinco años en una misma empresa puede dar a entender al experto en selección que estás estancado.
Y lo mismo sucede si lo último que aparece en el apartado de formación de tu currículum es la carrera universitaria. Eso puedes corregirlo en el currículum, sin engaños, desglosando la evolución real de tu trayectoria profesional y formativa: La experiencia, aunque haya sido en la misma empresa, debe detallarse por años de acuerdo con las diferentes responsabilidades, misiones y funciones asumidas a lo largo del tiempo.
Aunque no hayas hecho ningún master o postgrado, probablemente has asistido a cursos impartidos por la empresa o a jornadas y seminarios que te han servido para actualizar conocimientos. Detállalos en el currículum dentro del apartado de formación.
Para remarcar que eres una persona dinámica, adaptable a los cambios y con capacidad de aprendizaje, puedes mencionarlo en la carta de presentación. Y para captar el interés del experto en selección tu currículum debe empezar siempre por la experiencia detallando las funciones, responsabilidades, logros y habilidades desarrolladas en el último trabajo y en los anteriores.
Si tu experiencia es extensa, no hace falta que menciones los cargos ocupados hace años -demasiado alejados en el tiempo-, a no ser que aporten información realmente interesante.
En el apartado de formación conviene que destaques especialmente los estudios de formación continuada: masters, postgrados, cursos de especialización, asistencia a jornadas, etc. La carrera o título han de indicarse, pero de forma breve.


MAYOR DE 40 AÑOS

Tu principal escollo es la edad ya que en general las empresas prefieren contratar personas más jóvenes. En algunos procesos se podría descartar tu currículum al ver que tienes más de 40 años. Para evitarlo puedes incluir esa información al final, de forma que no condicione la opinión del experto antes de leer el currículum.
Tu punto fuerte es la experiencia, por lo que ese es el apartado que más has de explotar. Conviene que detalles por orden cronológico las empresas donde has trabajado empezando por la última. No es necesario hacer referencia a todos los empleos. Incluso puede ser conveniente no mencionar los más antiguos porque seguramente no fueron relevantes y su fecha está muy alejada en el tiempo. Es mejor concentrarse en la última etapa de la vida laboral. Hay que destacar las funciones realizadas, lo aportado y las habilidades adquiridas.
A las empresas les preocupa el dinamismo: buscan profesionales motivados, con ilusión y ganas de trabajar y creen que eso sólo lo van a encontrar en un joven. Hay que desterrar esa idea enviándoles un currículum que transmita entusiasmo, pero sin que parezca forzado. Los verbos de acción en primera persona (hice, logré, desarrollé…) ayudan a conseguirlo.
Otro punto en contra es la idea generalizada de que una persona de cierta edad tiene dificultades para adaptarse a los cambios. Por tanto, conviene destacar -sin engaños- la capacidad para hacer frente a nuevas situaciones y el interés por el aprendizaje continuo.